La odontología toxic free o libre de tóxicos es una tendencia que cada vez siguen más profesionales, que consideran que algunos de los materiales que se llevan empleando desde hace décadas en su profesión son tóxicos, pudiendo ayudar al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
Hablamos de compuestos como los plásticos con Bisfenol A, las amalgamas con mercurio, e incluso metales de distinto tipo como el titanio, que con el paso de los años pueden provocar reacciones alérgicas o incluso favorecer altos niveles de metales en el organismo.
Los metales pueden sufrir corrosión en la boca
Aunque siempre se ha tratado de usar metales que no reaccionaran de ninguna forma con la saliva, lo cierto es que con los años todos lo hacen en mayor o menor medida.
Esta corrosión es posible que produzca alergias en personas predispuestas a ellas, y se cree que llegan a agravar enfermedades como la esclerosis, la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, etc.
Por eso, en las clínicas de odontología libres de tóxicos o toxic free siempre tratan de decantarse por otros componentes como la porcelana o el zirconio, puesto que en Europa se ha calculado que alrededor del 17% de la población es alérgica a los metales.
Además, no hay que olvidar que muchas personas aún llevan amalgamas con mercurio en la boca, que conviene retirar de inmediato, pues se trata de uno de los metales más tóxicos que se conocen, más en contacto con los dientes y la comida.
En este caso, la corrosión es muy grave, puesto que se trata de un metal tóxico y que muestra que hay que tener cuidado al ponerlos en la boca y es mejor no hacerlo. El metal que se cree seguro puede mostrar que no lo es con el paso del tiempo, por lo que conviene evitarlos lo máximo posible.
Este tipo de clínicas suelen practicar lo que se conoce como odontología holística
Una clínica que se preocupa porque sus clientes no lleven ningún tipo de tóxico en la boca suele practicar lo que se denomina odontología holística, una forma de entender la profesión.
Más que un modo de trabajar es casi una filosofía en la que no se trata los dientes de una manera independiente del resto del cuerpo, sino que se hace atendiendo a su relación con todo el organismo.
Usan tratamientos toxic free o alternativos
Si no se quieren elementos tóxicos en la boca, no tiene sentido emplear tratamientos que sí que los lleven cuando se trata de solucionar algunos de los problemas bucodentales más comunes, esos que vemos en las clínicas dentales a diario.
De esta forma, evitan los empastes a la hora de tratar esas caries que están empezando, y que en las clínicas normales atacan con esta técnica, que consiste en agrandar un poco el agujero, “sanear” la zona y taparla.
Ozono para desinfectar
Cuando la caries sigue en el esmalte y no ha avanzado más, el ozono es una de las mejores formas de curarla, ya que esta molécula de oxígeno consigue matar todas las bacterias que causan las infecciones en la boca.
Es seguro para las células, por lo que es una de las mejores formas de cortar la caries de raíz sin el uso de tóxicos ni de dañar más el diente.
Yodo con el fin de matar las bacterias
El yodo es un desinfectante potente, y desde hace años es lo que se emplea en todo el mundo a la hora de curar heridas. Por eso, puede matar a las bacterias de la caries si en la clínica aplicamos unas gotas en el diente, o en casa añadiendo unas pocas gotas (siempre consultando con el dentista) en el depósito de agua del irrigador.